El Ángel Del Regocijo

Porque así como las aguas cubren el El Ángel Del Regocijo

Los cielos manifiestan su regocijo, la tierra profiere alabanzas, las estrellas de la mañana entonan su canto, y todos los Hijos de la Luz gritan de alegría.

Cantad al Padre Celestial un cántico nuevo, cantad a la Madre Tierra, a toda la Tierra. Que los cielos se regocijen y que la tierra esté alegre. Que brame el mar y que se manifieste la plenitud de la vida eterna. Que el campo esté jubiloso, lo mismo que todo lo que hay en él.

Entonces todos los árboles del bosque se regocijarán ante la Ley Santa. Cantad al Padre Celestial, oh vosotros Cielos de los Cielos y vosotras, oh aguas que estáis sobre los cielos.

Todas las montañas y todas las colinas, el viento tempestuoso que ejecuta la palabra de El; los árboles frutales y todos los cedros, las bestias y todo el ganado, las plantas y animales rastreros y las aves que vuelan; los reyes de la Tierra y toda la gente; los príncipes y todos los jueces de la Tierra, los jóvenes y las doncellas, los ancianos y los niños. Que ellos canten con regocijo al Padre Celestial.

Cantad al Señor con el arpa, cantadle salmos. Con trompetas y sonido de flautas formad un coro alegre delante de los ángeles. Que los mares palmoteen con sus manos, que las colinas estén jubilosas ante el Señor. Formad un coro alegre ante el Señor, oh vosotras tierras. Servid al Padre Celestial y a la Madre Tierra con alegría y regocijo.

Venid cantando ante Su presencia. El espíritu de la Ley Santa está sobre mi, porque los ancianos se han ungido para predicar las buenas nuevas a los humildes.

Ellos me han enviado para aliviar a los afligidos, para proclamar la libertad de los cautivos y abrir la prisión a los que están encadenados; para confortar a todos los que están sufriendo, para enviarles el Santo Ángel del Regocijo, para darles belleza en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de lamentos, para darles la vestidura de la Luz en vez de la aflicción, porque el llanto puede durar una noche, pero el regocijo vendrá por la mañana.

La gente que camina en las tinieblas, verá una gran Luz y en cuanto a los que habitan en la tierra que está cubierta por la sombra de la muerte, sobre ellos brillará la Luz de la Ley Santa.

Descienden oh cielos y derramad regocijo.

Que la gente triste salga con alegría y sea guiada por la Paz. Que las montañas y las colinas salten cantando antes que ellos, para que puedan participar de la Santa Celebración y comer el fruto del Árbol de la Vida, que está en el Mar Eterno.

El sol no dará mas luz para el día, ni tampoco dará su brillo, ni la luna les dará luz. Pero la Ley será para ellos una luz eterna y el Padre Celestial y la Madre Tierra serán gloria eterna de ellos. El sol que ellos ven, ya no bajará más, ni saldrá la luna que ellos ven, porque la Ley será para ellos una luz eterna y los días de su lamento se acabarán.

Yo me regocijo mucho en la Ley Santa y mi espíritu se gozará en los ángeles, porque ellos se vistieron con ropajes de Luz, ellos me cubrieron con túnicas de júbilo.

Así como la tierra da sus capullos, así como el jardín hace que broten sus semillas, así el Padre Celestial hará que la Ley Santa brote con alegría y júbilo ante todos los Hijos de la Luz.

En el Jardín de la Hermandad, toda la tierra brilla con santidad y júbilo abundante, porque en ellas están sembradas las semillas de la Ley Santa. La Ley para los Hijos de la Luz, es el mejor de los bienes.

Ella les da brillo y gloria y salud y fortaleza para el cuerpo, ella les da una larga vida en comunión con los ángeles y gozo eterno e infinito.


Cantaremos al Padre Celestial y a la Madre Tierra y a todos los ángeles, durante el tiempo que vivamos en el Jardín de la Hermandad; cantaremos alabanzas a la Ley Santa por siempre y siempre.

 

 

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